¿Te suena lo que es el curetaje o también denominado como raspado dental? Si nunca te lo has tenido que hacer, enhorabuena porque eso significa que tu boca y tus encías están mucho más sanas de lo que podías imaginar.
Sino, quizás tu odontólogo de confianza te recomiende hacer un tratamiento como este. Pero tranquilo o tranquila porque te vamos a dar respuesta a todas esas dudas que suelen asaltar nuestra cabeza cuando escuchamos ese nombre. ¿Qué es? ¿Cuándo son realmente necesarios? ¿Cómo se realizan? Y mucho más. ¿Quieres salir de dudas de una vez por todas e ir a la consulta de una manera más relajada? ¡Entonces debes descubrir todo lo que sigue!
¿Qué es el curetaje, raspado dental o alisado radicular?
Todos esos nombres son sinónimos para designar una de las prácticas dentales más usadas. Ya que a veces con una simple limpieza bucal no es suficiente y hay que hablar de tratamientos mayores o más invasivos, como es el caso. Es un tratamiento perfecto para eliminar el sarro que se ha formado más allá de la línea de la encía y del diente. Es decir, que se ha extendido hacia el interior. Algo que sucede cuando vemos las encías más inflamadas, más rojizas y hasta más separada la carne del diente. Entonces ahí comienza un problema de encías que puede desencadenar en enfermedades gingivales. Recordamos que este tipo de tratamiento suele ser realizado por un periodoncista. Quien raspará desde la parte de las encías hasta la raíz de los dientes y lo hará bajo anestesia, para que no sientas nada de dolor ni malestar.
¿Cuándo es necesario hacer un curetaje?
Más o menos ya lo hemos contestado de una manera superficial. Porque hay que recordar que si el sarro se ha extendido hacia el interior de las encías, siempre dejará unas señales. Estas serán el enrojecimiento e hinchazón en las encías. Notarás también una especie de surcos que aparecen entre los dientes y las encías. En otras ocasiones también puede ser que alguna pieza comience a moverse, que haya sangrado frecuente y que las encías se vayan retrayendo. De ahí que los dientes parecen más grandes y es que la carne se va separando, dejando ver más parte de hueso. Tal y como vemos son síntomas bastante evidentes que nos llevarán al dentista y será este quien confirmará que necesitamos un curetaje o raspado dental.
Ya que siempre es mejor abordarlo cuanto antes, porque los problemas de encías como la gingivitis seguirá avanzando y podemos llegar a perder algunos dientes.
¿Cómo se realiza un raspado o curetaje dental?
Ya sabemos qué tipo de tratamiento es y cuándo lo podemos necesitar. Por lo que sí hemos llegado hasta aquí, ahora nos toca saber cómo se realiza. Lo cierto es que, por regla general se puede hacer una limpieza previa. Porque esta es la que eliminará el sarro de los dientes pero tan solo hasta la línea de la encía, es decir que ya no va más allá como sí lo hace el curetaje. Una vez que tengamos la limpieza hecha, llega el momento. Este tratamiento se suele hacer por cuadrantes, por lo que tendrás que ir al menos dos veces. En cada una de ellas, te pondrán anestesia antes de comenzar. Tal y como hemos dicho antes, no notarás nada de molestia y es que parece más de lo que realmente es. También es verdad que siempre dependerá del grado de infección de cada paciente, pero aún así, puedes estar tranquilo.
El periodoncista toma en sus manos un artilugio que se denomina como ‘curetas’, de ahí el nombre del tratamiento. Lo que sentirás realmente es el ruido, como si de una limpieza básica se tratara. Luego llegará la parte del raspado y alisado para dejar tus dientes y encías más que perfectos.
¿Se siente dolor durante el tratamiento?
Es cierto que cada paciente y cada periodoncista puede ser un mundo, pero hay que decir que no se siente dolor. Ya que en la gran mayoría de los casos se pone anestesia local. Quizás llegues a sentir más el o los pinchazos de cada cuadrante que durante el tratamiento en sí. Una vez que se pase la anestesia podrá sentir un poco de sensibilidad. Por lo que no debes tomar alimentos demasiado fríos o calientes porque se puede intensificar dicha sensación. Aunque no es algo de lo que preocuparse porque no dará mayor problema y se pasa muy rápido.
Cuándo empezamos a ver la mejora en los dientes
Una vez que salgas de la consulta es habitual que notes las encías un tanto inflamadas o que te sangren un poco, aunque no te asustes porque será lo mínimo. Esto va a depender siempre del grado de infección que tuvieras. Cuando van pasando los días, verás cómo tu encía ya no está inflamada y como tal, ya no tiene ese color rojo intenso que solía tener, sino que ha dado paso a una tonalidad más rosada. Esto nos indica que tiene salud, que está cuidada y que vuelve a sus orígenes. Así que ahí te olvidarás de todo el proceso porque como decimos, el resultado es bastante espectacular.
Cómo podemos prevenir este tipo de tratamientos
Es cierto que hay un paso principal para evitar que todo esto aparezca en nuestras vidas y no es otro sino la buena higiene bucal. Debemos cepillarnos los dientes todos los días después de cada comida. Si tienes espacio entre ellos, nada como apostar por pasar un cepillo interdental. Ya que con él diremos adiós a los restos de comida. No te debes olvidar que la lengua también necesita su limpieza y que esta se debe terminar con un buen enjuague.
Claro que a la limpieza también se le suma otro paso que a veces no llevamos a rajatabla. El acudir a las revisiones en nuestra clínica de confianza también es otra de las mejores maneras para poder prevenir ciertos problemas. Ya que, en ocasiones vamos retrasando las citas por diversos motivos y cuando nos damos cuenta, es demasiado tarde. La boca también es salud y como tal debemos cuidarla al máximo para evitar todo tipo de complicaciones.
¿Has pasado con un curetaje recientemente o estás en espera de él? ¡Cuéntanos!